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Diego GARATE MAIDAGAN
Joseba RIOS GARAIZAR
La cornisa cantábrica es, junto a los Pirineos y la Dordoña, una de las regiones clásicas en lo que respecta a la distribución geográfica de la actividad artística durante la Edad de Hielo en Europa.
Actualmente se conocen más de un centenar de cuevas decoradas durante el Paleolítico Superior (30.000 a 10.000 a.C.) —unas pocas muy espectaculares pero la mayoría más modestas—. De todas maneras, las principales concentraciones afectan al área central (Asturias y Cantabria). En el Territorio Histórico de Bizkaia solamente cuatro cuevas aportaban evidencias seguras de arte parietal hasta 2011 (misma cantidad para Gipuzkoa): Venta Laperra, Santimamiñe, Arenaza y Rincón.
En 1904 Lorenzo Sierra descubre una imagen de oso grabada en la cueva de Venta Laperra (Karrantza), en el extremo occidental de Bizkaia. Poco después se localizarán otra media docena de figuras, mayoritariamente bisontes. Solamente dos años antes, en 1902, la comunidad científica había aceptado —por medio del manifiesto de mea culpa de Emile Cartailhac— la autenticidad de las pinturas de la cueva de Altamira —descubiertas en 1879— y, por extensión, del arte parietal paleolítico europeo. Es decir, nuestro territorio se perfila desde un inicio como uno de los pioneros en el estudio de dicha materia, aunque posteriormente los hallazgos se sucederán de manera mucho más excepcional.
Pocos años después, en 1916 se localizan las pinturas de la cueva de Santimamiñe (Kortezubi) en la cuenca del río Oka. La excavación del yacimiento y el estudio del arte parietal lo desarrolló un equipo encabezado por T. Aranzadi, J.M. Barandiarán y E. Eguren (1925) auténticos pioneros de la investigación científica de la prehistoria vasca. Además, la cueva pronto se convierte en un icono muy visitado del país, cerrada al público recientemente debido a profundos problemas de conservación.
Una mano pintada en rojo fue encontrada en la cueva de Askondo.
Debe pasar un largo periodo de tiempo hasta certificar un nuevo hallazgo de arte parietal paleolítico en Bizkaia. Es en 1973 cuando se descubre una pequeña sala decorada con ciervas rojas en la cueva de Arenaza (Galdames), realizadas mediante la técnica del punteado, muy extendida en el cantábrico y prácticamente ausente en el resto de las regiones europeas.
En 2004 se localiza un pequeño conjunto de grabados en la cueva del Rincón (Karrantza), junto a Venta Laperra. Un ciervo y un uro (toro salvaje) asaetados por proyectiles son las principales representaciones.
Desde inicios de 2011 podemos añadir una quinta evidencia a la escueta lista de cavidades decoradas del Territorio Histórico de Bizkaia: se trata de la cueva de Askondo en Mañaria.
Aunque se trata de una vieja conocida de espeleólogos, exploradores, excursionistas, etc., las pinturas han pasado desapercibidas desde la primera nota científica en 1912 por Gálvez Cañero hasta casi un siglo después.
Fue el 9 de enero cuando se produjo el hallazgo, de manera casual, por parte de Ander Ugarte Cuétara, Joseba Rios Garaizar y Diego Garate Maidagan.
Con motivo de la visita a varias cavidades que figuraban como destruidas, dentro de un proyecto de investigación sobre el poblamiento paleolítico en el interior de Bizkaia, nos desplazamos a Askondo para conocer el estado actual de la cavidad. Tras comprobar que la cueva estaba ligeramente afectada por una antigua cantera que podría haber destruido el yacimiento arqueológico, y de recorrer rápidamente los 300 metros de desarrollo de la cavidad, reparamos en una serie de manchas rojas muy desvaídas sobre las paredes del vestíbulo.
Nuestro interés no hubiera ido más allá de no haber identificado una serie de gruesas capas de calcita que tapaban parte de las pinturas y que, por tanto, certificaban la antigüedad de las mismas. Este hecho nos llevó a prospectar la zona con mayor detenimiento y reconocer así una buena cantidad de pinturas de animales.
En las paredes de la cueva se han encontrado cinco caballos pintados en rojo.
En la actualidad, a falta de un estudio profundo, hemos podido documentar en las paredes la existencia de cinco caballos pintados en rojo, un caballo grabado, una mano pintada en rojo, dos trazos paralelos rojos, un punto y una línea cérvico-dorsal de animal pintadas también en rojo, una serie de trazos sub-verticales grabados y un hueso insertado en un hueco de la pared, a dos metros de altura con respecto al suelo actual.
Todas las evidencias señaladas se localizan en el primer tramo de la cavidad quedando en una zona de semipenumbra, característica que se repite en algunos de los conjuntos rupestres estilísticamente cercanos (La Haza, La Pasiega B, Altamira, Cualventi, Salitre, El Pendo, Fuente del Salín, etc.).
Obviamente, su posición tan expuesta ha condicionado el estado de conservación de las pinturas, que ha derivado en la pérdida de materia colorante, dificultando considerablemente su visibilidad.
La cueva ha sido cerraja mediante una verja para garantizar la protección del elemento patrimonial que ha sido automáticamente declarado como Bien de Interés Cultural, tal y como dicta la legislación. En breve se va a proceder a realizar un estudio exhaustivo de su contenido arqueológico.
Por el momento podemos destacar una serie de observaciones preliminares con respecto al arte parietal de la cueva de Askondo:
• Se trata, por lo tanto, de la quinta cueva con arte parietal paleolítico localizada en el Territorio Histórico de Bizkaia. Venta Laperra (1904), Santimamiñe (1917), Arenaza (1963) y El Rincón (2004) son las restantes. Por la cantidad de grafías animales la cueva sería la tercera en importancia dentro del Territorio, junto a la de Venta Laperra, y por detrás de Santimamiñe y Arenaza.
• La cueva decorada se encuentra en la zona interior del Territorio, un hecho insólito excepto en Encartaciones, y viene a cubrir un espacio geográfico en el que se tiene constancia de un poblamiento paleolítico intenso (Bolinkoba, Atxuri, etc.) y en el que hasta el momento no se conocía ninguna cueva decorada.
• Desde el punto de vista cronológico, en función de los conocimientos actuales, sería la segunda cueva decorada más antigua del Territorio por detrás de Venta Laperra. Tanto los elementos estilísticos como las actividades asociadas (hueso hincado) apuntan directamente al periodo gravetiense (entre 28.000 y 20.000 años aproximadamente).
• Algunas de las evidencias localizadas son de carácter mayoritariamente pirenaico (hueso hincado), la temática y forma está próxima a las cuevas de Altamira y La Pasiega B en el cantábrico central y la convención de <bec du canard> (morro en forma de <pico de pato>) de uno de los caballos, está presente en cuevas del norte de Francia, de la Dordoña, del Quercy, del Ródano, de los Pirineos y, en menor medida Cantábrico, Meseta, Portugal y sur de la Península.
Las investigaciones a desarrollar en los próximos meses arrojarán, sin lugar a dudas, nuevos datos con respecto a aquellas personas que frecuentaron y decoraron la cueva de Askondo, miles a años atrás en el tiempo.
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