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El proyecto del río Aragón. Paisaje e historia

Iñaki SAGREDO GARDE

La región suroriental de nuestro territorio es una de las grandes desconocidas. Limitando con la Bardena al Sur y con las sierras prepirenaicas al norte, el río Aragón ha horadado las suaves y alomadas sierras en su camino creando un bonito valle transversal. Estos pasos, antaño defendidos para evitar la intrusión de las razzias visigodas y musulmanas, son ahora encantadores rincones que reciben la visita de quienes buscan un ambiente tranquilo y un paisaje abierto que alegra el alma, como dicen por estas tierras.

El río Aragón fue también frontera durante los siglos VIII y IX. Las localidades de Caparroso, Rada, Mélida y Carcastillo fueron lugares defensivos situados a la margen derecha del río Aragón, mientras que en la otra orilla, Uxue era la fortaleza más sobresaliente para los vascones de Iñigo Arista.

En el año 924 las tropas del Califa Abderramán III traspasaron la marca superior musulmana para infringir una campaña de castigo al rey vascón Sancho Garcés 905-925. El recorrido se recoge en las fuentes musulmanas: Tudela, Peralta, Falces, Tafalla y desde allí volvieron casi sobre sus pasos hacia el río Aragón llegando a Carcastillo y ascendiendo por el paso de la Marcuella hacia Gallipienzo y tomar rumbo desde allí al valle de Roncal. El fin era destruir la región donde tuvo el origen posiblemente la estirpe Jimena. Las fuentes relatan que desde allí tomaron rumbo hacia la ciudad, Iruña, destruyendo la iglesia y posteriormente a la fortaleza de Sajrat Qais. Luego retomaron el rumbo hacia el sur siguiendo esta vez el río Arga.

El río también fue lugar de paso para ganaderos en su camino hacia la Bardena desde las altas cumbres pirenaicas, y de almadieros, que sujetaban con fuerza los remos en los rápidos que ofrecía el estrecho paso de Basatea. Esta es una zona rica en yacimientos arqueológicos, tanto en cuevas como en castros de la Edad de Hierro que se sitúan próximos a la milenaria ruta de la cañada de los roncaleses.

El río se tranquiliza a su paso por Carcastillo y acaricia los campos próximos al monasterio del Cister de la Oliva, donde un fraile nos enseña los grafitis medievales que han quedado plasmados en las paredes del templo y que aparecieron por casualidad al retirar una estructura de madera que los ocultaba. En el se ven figuras humanas, formas geométricas e incluso un guerrero a caballo que porta el estandarte de las armas de Navarra.

El jinete con el estandarte de Navarra se encuentra debajo de la fotograf?a

El jinete con el estandarte de Navarra se encuentra debajo de la fotografía.

Con un claro fin de impulsar la región,los ayuntamientos de Carcastillo, Mélida, Santacara, Figarol y Murillo del Fruto, con la coordinación de Sara Brun, se encuentran sumergidos en una bonito proyecto que pretende unir estas localidades por un camino fluvial que avanza junto a los encantadores rincones que dejan los meandros del rio. En dicho recorrido el monasterio de la Oliva muestra su encanto y comparte protagonismo con la naturaleza.

Recorrido planificado que comunica las cuatro poblaciones siguiendo la ruta del r?o Arag?n

Recorrido planificado que comunica las cuatro poblaciones siguiendo la ruta del río Aragón.

Una ruta que se dividirá en varias para el visitante, tanto para visitar el río, como para disfrutar de recorridos y sobre todo para el paseo de las personas de estos pueblos que ven con buenos ojos que puedan contar con lugares donde poder disfrutar de “su paisaje”.

Por otra parte todos los pueblos mostrarán su patrimonio tan importante como la ciudad romana y castillo en Santacara, la fortaleza de Murillo del Fruto, el monasterio del siglo XI de Carcastillo y el de la Oliva de la orden cisterciense y unos miradores naturales del río Aragón, con un coqueto casco de origen medieval en Mélida.

Dentro del mismo proyecto, en la zona extensa de Figarol, la cañada de los roncaleses servirá para crear otro recorrido de visita. Un bonito camino por varios castros como el de la Encisa, con evidencias romanas y de la Edad del Hierro y con lugares para disfruta de un buen descanso en el pueblo colonia de Figarol, donde un barco pesquero de gran tamaño adorna la entrada del restaurante.

La primavera añade aún más colorido. Los campos se tiñen de un verde intenso y las flores perfuman el recorrido, una suave brisa templada nos invita a ver el horizonte y comprobar como el sol comienza a tomar tonos rojizos que indican que pronto se ocultará. Como dicen en este pueblo: “esto alegra el alma”.

Las dificultades son importantes, que decir del problema endémico de todos estos proyectos como es el económico, pero con buen voluntad se irán solventando. Poco a poco y con paciencia de cirujanos se comienza a diseñar los senderos, los pasos y las necesidades para poder unir todas las localidades. Un bonito camino circular de 24 kilómetros.

En un futuro este camino se ampliará con nuevas opciones y sectores. Gallipienzo-Cáseda por una parte y Caparroso y Falces-Peralta por la otra. La intención, merecedora de ser impulsada por las instituciones, es vitalizar el turismo rural y poner en valor su patrimonio artístico y natural. Están en buen camino.

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