Sofía PEÑA VIDONDO
El excesivo consumo de energía se ha convertido en una importante preocupación económica y ambiental en muchos países en las últimas dos décadas. Por lo tanto, la mejora en el uso eficiente de la energía por parte de las empresas y los consumidores, y la promoción del ahorro de energía son uno de los principales objetivos en la agenda económica y ambiental de estos países. Esto ha recibido particular atención en la Unión Europea, donde se han aprobado un número considerable de Directrices y otras iniciativas legislativas en las últimas dos décadas (por ejemplo, EC 2006, EC 2012). Hoy, la eficiencia energética constituye una de las piedras angulares de la estrategia 2020 de la Unión Europea (CE, 2010).
Sin lugar a duda, la eficiencia energética destaca debido a su importancia estratégica para la agenda de crecimiento económico competitivo y sostenible. La energía se considera un factor importante de producción en el desarrollo económico sostenible. Las organizaciones y agencias de diferentes países regularmente preparan análisis completos e informes destacando los impactos de la eficiencia energética en la economía. Particularmente, a menudo se argumenta que las mejoras en la eficiencia energética pueden actuar como impulsores para impulsar el crecimiento económico y el empleo (IEA 2014, Vivideconomics 2013). La Agencia Internacional de Energía (IEA 2014) ha publicado recientemente un informe exhaustivo sobre los múltiples beneficios que aporta la mejora de la eficiencia energética. Además de los beneficios ambientales y la mejora de la salud y el bienestar de los ciudadanos, destaca su impacto positivo en el crecimiento económico y el empleo. Además, el último aumento de los precios de la energía, particularmente en Europa, y el creciente impacto de los costos de energía sobre la competitividad industrial han fomentado la necesidad de generar bienes y servicios con menor consumo de energía (IEA 2013, Deloitte 2010, EC 2014a, EC 1014b).
La reducción del consumo de energía es, por lo tanto, un desafío importante de la política energética en la mayoría de los países. Este objetivo es particularmente urgente en el caso de la economía española, que registra mayor intensidad energética y tasas de dependencia en relación con los países vecinos, al tiempo que muestra un nivel cada vez mayor de emisiones de gases de efecto invernadero. Dichas preocupaciones se reflejan en los Planes de Acción de Eficiencia Energética Nacional sucesivamente aprobados (MITYC 2007, 2011).
Parte de mi investigación se centra en las consecuencias que una mejora de la productividad energética tiene para la economía española. Específicamente, el análisis tiene como objetivo investigar la relación entre la mejora de la productividad energética y su impacto en el consumo real de energía. Dicho de otra manera, estimar lo que se conoce como efecto de rebote, que se refiere a la posibilidad de que los ahorros de energía técnicamente posibles sean erosionados por los productores y las respuestas económicas de los consumidores. Los efectos rebote ocurren cuando las reducciones en el consumo de energía debido a una mayor eficiencia energética son parcialmente compensadas por una mayor demanda de energía, debido a la respuesta de todo el sistema a la caída de los precios efectivos de la energía.
La simulación con nuestro escenario base muestra que una mejora del 5% en la eficiencia energética en los sectores productivos no energéticos daría como resultado una reducción real inferior al 5%.
A tal efecto, se formula un modelo de equilibrio general computable (EGC) para estudiar los efectos de un aumento de la eficiencia energética en la economía española. Nuestro modelo describe una economía abierta, desagregada en 27 sectores de producción. Las simulaciones consisten en mejorar la productividad de los insumos relacionados con la energía. Específicamente, se simula una reducción del uso de 4 entradas intermedias de energía (electricidad, gas, refinación de petróleo y carbón) por la unidad de producción producida. Simulamos una serie de escenarios alternativos y especificaciones del modelo para estimar el efecto de rebote en los sectores y tipos de energía, así como el impacto sobre el crecimiento económico y el empleo.
La simulación con nuestro escenario base muestra que una mejora del 5% en la eficiencia energética en los sectores productivos no energéticos daría como resultado una reducción real inferior al 5%. Específicamente, la electricidad se reduciría en 2.34%, el consumo de gas en 2.01%, los productos de refinación de petróleo en 1.90%, y la demanda de carbón caería en 1.76%. Por lo tanto, nuestros resultados muestran una magnitud diferente del efecto de rebote según el tipo de energía: 53.2% para la electricidad, 59.7% para el gas, 61.9% para los productos derivados del petróleo y 64.8% para el carbón.
Asimismo, nuestras estimaciones muestran que al simular un aumento del 5% de la eficiencia en el uso final de la energía por parte de los hogares, el consumo total de energía de los hogares se reduciría en un 3,67%, lo que indicaría un efecto de rebote del 26,5%.
En cuanto a las variables macroeconómicas, el PIB aumenta en un 0,61%, el empleo crece en un 0,45% y el desempleo disminuye en un 4,44%. En todos los sectores, excepto en los sectores energéticos, la expansión de la economía genera un uso adicional de la energía de la demanda final. Sin embargo, a pesar del efecto expansivo de la mejora de la productividad, hay una reducción en la cantidad de energía consumida en la economía.
En España, el Plan de Ahorro Energético y Eficiencia Energética 2011-2020 menciona la posibilidad de que se hayan producido algunos efectos de rebote en el consumo de energía en hogares y alumbrado público al evaluar los ahorros energéticos logrados en estos sectores atribuibles a medidas incluidas en planes de acción anteriores (MITYC, 2011, pp. 71-75). Sin embargo, estos efectos no se cuantifican y no se tienen en cuenta al establecer objetivos de ahorro de energía para 2020.
Si no se reconoce la magnitud del efecto de rebote, es difícil considerar la importancia de implementar medidas para mitigarlo. En este sentido, existen instrumentos y políticas de intervención en diferentes áreas: políticas que promueven cambios en el comportamiento del consumidor, promoción de estilos de vida sostenibles, instrumentos fiscales (por ejemplo, impuestos y emisiones de energía), incentivos a la innovación ecotecnológica, medidas no fiscales para aumentar el precio efectivo de los servicios de energía, o el desarrollo de nuevos modelos de negocios.
Finalmente, no debemos olvidar que las mismas fuerzas que desencadenan el efecto de rebote también están impulsando el crecimiento económico. Por lo tanto, en la medida en que las medidas de mitigación del efecto de rebote actúen como fuerzas que reducen la demanda, ambos objetivos parecen a priori difíciles de conciliar. Desde el punto de vista del decisor público, por lo tanto, el desafío es diseñar e implementar políticas destinadas a mitigar el efecto de rebote que sean compatibles con el crecimiento económico.
Deloitte (2010) Global Manufacturing Competitiveness Index. Deloitte Touche Tohmatsu (DTT) Global Manufacturing Industry and the United States Council on Competitiveness.
EC (2006) Directive 2006/32/EC of the European Parliament and of the Council on energy end-use efficiency and energy services and repealing Council Directive 93/76/EEC. European Parliament and Council, April 2006.
EC (2010) Europe 2020: A European strategy for smart, sustainable and inclusive growth. European Commission, 3/3/2010.
EC (2012) Directive 2012/27/EU of the European Parliament and of the Council of 25 October 2012 on energy efficiency, amending Directives 2009/125/EC and 2010/30/EU and repealing Directives 2004/8/EC and 2006/32/EC. Official Journal of the European Union L 315:1-56, 14 October 2012.
EC (2014a) European Competitiveness Report 2014. Helping firms grow. Luxembourg: European Commission.
EC (2014b) Energy Economic Developments in Europe. European Economy 1. January 2014. Brussels: European Commission.
IEA (2014) Capturing the multiple benefits of energy efficiency. International Energy Agency, París.
IEA (2016) Electricity information 2016. International Energy Agency.
MITYC (2007) Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética en España 2008-2012. Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía. Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, Madrid.
MITYC (2011) Plan de Ahorro y Eficiencia Energética en España 2011-2020. Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía. Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, Madrid.
Vivideconomics (2013) Energy efficiency and economic growth Report.
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