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HISTORIA
No
hay duda que el arte de la caligrafía nació en China hace
más de 2.000 años. Se usaba palitos de bambú y pinceles
de pelos, con los que se escribía sobre seda. Según fueron
pasando los siglos fueron cambiando los estilos, pero aún hoy en
China a la escritura se le considera un arte.
La cultura árabe se trasmitía en forma oral. Fue Jalil ibn Ahmad al-Farahidi quien en el 786 fija las pautas de la escritura árabe. Con la supresión de la imagen en el Islam, es en la caligrafía donde se desarrolla su arte decorativo. No es por ello extraño la altura lograda por la caligrafía árabe.
En occidente la escritura se usaba en un principio y casi exclusivamente, para la trascripción de los libros sagrados, y por ello estaba en manos de los frailes. Por ello los talleres de copistas estaban en los monasterios.
Igualmente en el judaísmo eran los rabinos los encargados del trabajo
de la transcripción del “tora”, quienes para tal fin,
se colocaban sobre los hombros el paño sagrado o “talit”,
que se usaba a la hora de las lecturas sagradas.
En
occidente la sustitución de la escritura carolingia de los primeros
manuscritos, obedeció a razones de tipo práctico, ya que al
ser las letras góticas más estrechas que las carolingias,
permitían un mejor aprovechamiento del espacio.
La letra gótica fue utilizada durante varios siglos, incluso los dos primeros libros realizados a imprenta fueron fabricados con este tipo de caligrafía, así como la decoración marginal de los códices.
Me comenta nuestro artesano que en Europa hay calígrafos que se dedican profesionalmente a este arte, siendo de destacar los que trabajan en la caligrafía árabe, que son muy buenos.
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