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LOS
PROCESOS
Los
procesos hasta llegar el momento de tener el traje terminado empieza por
la elección de la prenda por parte del cliente. A veces es él
mismo quien acude ya con un dibujo o lámina de lo que quiere. Otras
veces se le ayuda enseñándole el amplio catálogo de
fotos que tienen de productos manufacturados por ellos.
Una vez se sabe que se quiere hacer en cuanto modelo, telas, colores y complementos, es el momento del tallaje, esto es el tomar las medidas del que va a llevar la prenda.
A continuación se procede a preparar el tejido, mirando entre el estock que tienen, o pidiéndolo al almacén que normalmente les suministra el género.
Se preparan a continuación los patrones, muchas veces usando el de prendas similares ya confeccionadas anteriormente.
Se dibuja cada pieza en la tela y se corta, tras lo cual se procede a hilvanarla antes de coserla en la máquina.
Se preparan los elementos como ojales, aberturas, dobladillos, etc.
No
suele ser habitual el probarlo con el cliente, aunque a veces sí
se ha hecho así, sobre todo en prendas caras, o que tiene que ajustarse
mucho al cuerpo, no tanto en prendan amplias, capas, y demás.
Una vez pasado este trámite se procede al cosido de toda la prenda en la máquina y se quitan los hilvanes e hilos.
Es el momento de confeccionar y colocar forros, visos, botones, cremalleras, corchetes, puntillas y demás y se plancha la prenda, tras lo cual suelen enfundarla en un plástico para su mejor conservación.
Aunque no es normal, a veces el cliente acude a Marcilla a probarse el traje, por si hay que efectuar alguna pequeña modificación de última hora.
En cuanto al tipo de tela usan de todo tipo, siempre, claro está en función del tipo de traje y su precio: algodón, lino, sarga, tergal, etc.
Los equipos que disponen son simples: un par de modernas máquinas de coser, mesas de costura, planchas y como dice Belén “muchas horas de trabajo”.
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