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HISTORIA
En
la ficha antes citada de Pedro Zapata hablamos cómo fue San Martinico
(o San Martín) quien robó a los Basajaun el secreto de la
fabricación de la sierra, y el sistema de la soldadura con “agua
arcillosa”, y cómo fue también un herrero quien mató
a una terrible serpiente Iraunsugue que vivía sobre la población
de Arrasate-Mondragón, leyendas estas recogidas por don José
Miguel de Barandiarán y que la persona interesada puede leer en la
citada ficha de EUSKONEWS
n.º 186.
Cuenta J.G. Frazer que en la tribu de los Fan de África Occidental el jefe es curandero y herrero, ya que este último oficio se consideraba sagrado y nadie, a menos de ser jefe, tenía derecho a tocar la fragua y que para los wachaga, también de África, el herrero era un ser con poderes misteriosos. Por eso se le consideraba superior, incluso sus instrumentos, en especial el martillo, tenía virtudes mágicas o espirituales, por lo que tenía que tener mucho cuidado con cómo lo manejaba delante de los demás. Así, si el herrero señalaba a un hombre con el martillo, los demás creían que esa persona podía morir, por lo que se tenía que hacer ciertas ofrendas para expiar dicha injuria, para lo que se mataba a una cebra con la que se ejecutaban una serie de ceremonias.
Según la mitología de los dogones fue un herrero quién robó el fuego cuando se creó el mundo para dárselo a los hombres.
Hefesto
era el dios griego del fuego y de los herreros. Los romanos le llamaron
Vulcano. El gran dios de los cielos Zeus escondió el fuego, pero
fue el héroe Prometeo quien se lo robó y lo volvió
a entregar a los hombres.
Entre las tribus de la montaña de Vietnam, se cree que la tierra fue creada por un herrero.
No hay duda de que a aquellos hombres que eran capaces de dominar el fuego y torcer el hierro, se les consideraba como seres “especiales”.
Brígida o Brigit, hija de Dagda, el padre de los dioses, era en la mitología irlandesa la diosa de las artes curativas, el fuego, los herreros, la poesía, la sabiduría y la fertilidad. Con la llegada del cristianismo se nombra a Santa Brígida (450-523) como patrona de Irlanda.
En el cristianismo, san Eloy (por haber sido orfebre), san Bartolomé (que fue desollado con cuchillos, elementos que fabricaban los herreros) y san Adriano (que se supone le fueron rotos los huesos en un yunque), son los patrones de los herreros.
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