Pedro Zapata
PEDRO ZAPATA
HERRERO
2002 / 11 / 01-08
Autor: Antxon Aguirre Sorondo
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ARTESANO

Pedro Zapata nace en Arizkun (Navarra) en 1941. Con 13 años marcha a trabajar como aprendiz a una serrería. A los 15 le reclama para su taller el herrero Juan Bautista Aguerre de Erraz, pasando a vivir con él. Le daban cama y comida y cobraba en esas fechas de sueldo 300 ptas. al mes. Allí aprendió el oficio de herrero y de herrador. Ellos mismos hacían las herraduras de caballar, asnal y mular, no así las de vacuno que compraban fuera. Arreglaban aperos de labranza (brabanes, goldes, arados, etc.), y hacían trabajos de todo tipo: balcones, herrajes, y un largo etc.

Cuando tenía 18 años un carpintero de Baigorri pidió a su patrón que le hiciera los herrajes (cuyos modelos mostró) para las mesas que él fabricaba y que enviaba en pequeñas series a París. Juan Bautista no se atrevía a tomar el trabajo, ya que aunque dominaba muy bien la forja no hacía trabajos artísticos y lo encomendó a Pedro, que lo aceptó. De esa forma empezó nuestro artesano a trabajar en la forja artística. Mientras, aprendía mecánica, pues empezó a entrar en el mundo rural la maquinaria agrícola. Para ello pasaba tres días a la semana en Elizondo en los talleres de un tal Vigueras. Así estuvo durante 3 años. En estos tres años le daba Juan Bautista la mitad del jornal que tenía antes, comida y estancia en su casa. El resto de la semana trabajaba con el amo. De esa forma, poco a poco, en el taller de Errazu fueron también arreglando aparatos mecánicos, además de los trabajos de forja y el herrado.

De allí marchó a cumplir el servicio militar. En ese momento Juan Bautista le preguntó si a la vuelta iba a continuar con él o se iba a establecer por su cuenta, a lo que respondió Pedro que él había aprendido allí el oficio y estaría con él hasta que su hijo fuera capaz de continuar con el taller. Así ocurrió y cuando tenía Pedro 26 años, el hijo de Juan Bautista, de nombre Francisco ya era capaz de llevar el taller de su padre. Entonces, Pedro se independizó, montando el nuevo taller en casa de una tía en Bozate (barrio de Arizkun). Aquí ya no herraba. Hacía trabajos de herrero y de reparación de maquinaria agrícola. Además de otras labores de fontanería, calefacción y electricidad, tanto en su taller, como en las casas a donde le llamaban, para lo cual sacó los diversos títulos.

Cuando tenía 29 años empezó a coger diversas contratas de obras en bloques de viviendas, por lo que tuvo que contratar a gente para que le ayudara. Trabajaban para Construcciones Iturria y para Sobrino. Llegó a tener a su cuenta a seis operarios. Puso por nombre al taller ANCAR, iniciales de su segundo nombre (Antonio) y el segundo de su mujer (Carmen).

Paralelamente, y cuando tenía 28 años, Domingo Etxandi, el fabricante de kaikus, le ofrece ir con él a una feria de artesanía que se iba a celebrar en San Sebastián (Gipuzkoa), a la que acude con productos de artesanía en hierro. Estuvieron 12 días trabajando ante el público en la Plaza de la Trinidad de San Sebastián.  Pero como tenía mucho trabajo con las contratas no pudo continuar asistiendo a las ferias que le llamaban.

Tendría 35 años cuando de nuevo asiste a una Feria de Artesanía que se celebraba en Zarautz (Gipuzkoa) y es a partir de esa fecha cuando continúa de forma ininterrumpida fabricando productos artesanales: herrajes, lámparas, herradas, etc. a la vez que poco a poco va abandonado los trabajos de las obras, pues empezaron a entrar en los concursos los contratistas de las ciudades con unos precios muy bajos, con los cuales él no podía competir (a pesar de las ventajas de la cercanía). Sus operarios fueron buscando otros puestos y Pedro quedó con un sólo operario en el taller.

Hasta aquí hemos hablado de Pedro Zapata artesano, pero también hay que mencionar a sus dos hijos que continúan en el oficio.

Cuando tiene 29 años Pedro casa con Mari Carmen Bernal y tienen tres hijos: Fernando (nacido en 1971), Xabier (nacido en 1973) y Josune (nacida en 1977).

El mayor, Fernando, estudia  electricidad, Xabier fontanería, gas y calefacción. Ambos desde críos ayudan en la fragua a su padre del que aprenden a la vez el oficio. Hoy trabajan los dos con Pedro.

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