Pedro Zapata
PEDRO ZAPATA
Herrero
2002 / 11 / 01-08
Autor: Antxon Aguirre Sorondo
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MITOLOGÍA

De la importancia del herrero en la cultura popular da idea su presencia en nuestra mitología. Así en el "Diccionario de Mitología Vasca" de don José Miguel de Barandirán podemos leer:

"El baxajaun fabricaba la sierra, según cierta leyenda de la región de Oyarzun; no así San Martinico (también llamado Samartin o Samartintxiki, nombres populares de San Martín)  que carecía de modelo para ello. Deseando éste conocer el secreto, envió a su criado a anunciar en el pueblo que San Martinico había fabricado la sierra. Al oír esto, el baxajaun le preguntó: «¿Es que tu amo ha visto la hoja del castaño?» -«No la ha visto; pero la verá», contestó el criado, quien refirió después a San Martinico lo sucedido. Mirando a la hoja del castaño, San Martinico fabricó su primera sierra. El baxajaun entró de noche en la herrería de San Martinico para comprobar si éste había fabricado alguna sierra. Al verla, le torció los dientes alternativamente, pretendiendo inutilizarla. Pero, en realidad, la mejoró, puesto que, así triscada, la hoja de la sierra podía moverse holgadamente en la hendidura. Desde entonces se propagó la técnica de la fabricación de la sierra en el mundo.

Con igual treta logró Samartintxiki averiguar cómo el baxajaun hacía la soldadura del hierro en su fragua, según se refiere en una leyenda de Cortézubi. Mandó anunciar que él había descubierto el procedimiento para soldar el hierro. El baxajaun preguntó al pregonero: «¿Es que Martinico asperjó con agua arcillosa las piezas de hierro?» -«No lo hizo, pero ya lo hará», le contestó el pregonero. Y como consecuencia de este nuevo secreto arrancado al baxajaun o al diablo, la técnica de la soldadura del hierro se propagó por los pueblos."

Según nuestra mitología fue el propio San Martín quien robó el secreto de la soldadura del hierro y el invento de la sierra al basajaun. Tenemos pues la intervención de los santos en la creación del oficio de herrero.

El mismo don José Miguel de Barandiarán, en 1967, recogió de boca de los moradores del caserío Bideondo (Arrasate-Mondragón) como:

 "...una espantosa serpiente vivió en un bosque del flanco septentrional de Murogain. De allí bajaba al poblado, donde hacía estragos. Para evitarlos el pueblo acordó enviar al monstruo una persona cada vez que él bajara a la planicie llamada Mandoain. Se echaban suertes para saber quién tenía que ser la víctima. Un día cayó la suerte a una joven, cuyo novio era herrero. Este subió a Mandoain, donde estaba ya su novia aguardando al dragón. Llevaba una barra de hierro a la que había caldeado en su fragua un extremo hasta ponerlo al rojo, y se la metió en las fauces al dragón en cuanto éste abrió su boca para devorar a la joven. La barra rusiente acabó con el dragón."

Fue pues un herrero quien libró a los vecinos de Mondragón de la terrible Iraunsugue o Iraunsuge (serpiente o dragón mitológico) que habitaba en sus tierras.

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