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LOS
PROCESOS
Las
herramientas del grabador son las siguientes:
El martillo de grabador que es pequeño ya que su misión es el de dar pequeños y repetidos golpes sobre los buriles.
El buril que es en realidad una barrita de acero cuyo filo lo prepara el grabador en función de sus necesidades y que es golpeado por el martillo del grabador. Esta herramienta se la fabrica el mismo grabador con muy buen acero en su punta, al que suelda cualquier otro acero en el otro extremo, o incluso al que coloca un mango de madera.
La “eskuaide” al que los italianos llaman “bulino”, que es igual al anterior pero para ser accionado con la mano (generalmente por medio de pequeño giro) y para ello tiene un mango de madera mucho mayor que el buril anterior. Los dibujos, el trabajo final usando esta herramienta es totalmente distinto del que se logra mediante el buril y martillo. Para su realización se usa la lupa.
El compás de puntas para dibujar circunferencias o círculos.
Los
“peines de rayas” que son buriles cuyas puntas
tienen una serie de puntas para lograr rayas paralelas (más o menos
densas), para efectuar fondos de rayas en las piezas.
El proceso de trabajo es el siguiente:
1º. Se dibuja, se diseña sobre papel lo que se va a reproducir en el arma.
2º. Se procede a dibujar lo que se desea grabar. Hay dos modos de hacerlo: si es libre, o sea que no hay que ajustarse a ningún modelo, lo hace sobre la placa con ayuda de un lápiz graso. Posteriormente efectúa con un punzón muy fino un primer dibujo ya indeleble.
Si se tiene que copiar y ajustarse a un determinado modelo, tras copiar el motivo por medio del papel vegetal, da un baño de tinta a la pieza y luego coloca encima el papel sobre el que pasa un punzón que al pegarse la tinta del papel deja huella en la pieza. Luego tendrán que pasar el punzón metálico para rayarlo y así tendremos ya las pautas del dibujo.
3º. Tras lo anterior se “corta” (que ellos llaman a su trabajo), esto es, por medio de pequeños golpecitos del martillo de grabador sobre el buril.
Otra
posibilidad es el hacerlo de forma manual con el “eskuaide”,
que como ya hemos dicho antes, tiene un mango de madera mucho mayor para
poder así trabajar con facilidad.
Según Vicente “el trabajo a eskuaide o bulino engancha mucho más que el buril tradicional. Por otra parte requiere mayor perfección”.
El artesano grabador se confecciona él mismo sus herramientas y posee una amplísima cantidad de buriles con distintas cabezas (formas, tamaños, ángulos de ataque, etc.). Para su trabajo constantemente requiere afilarlas en una pequeña esmeriladora de sobremesa.
4º. Terminada la pieza, pasa sobre ella una vieja lija para metal muy gastada y aceitada con la que además de quitar las pequeñas asperezas que pueda tener, el aceite le aporta una patina oscura muy propia del trabajo.
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