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EL PROCESO
No usa gran número de herramientas:
Para su trabajo selecciona cepas rectas de castaño, que corta siempre en luna menguante (pero ni al principio ni al final, empezando el menguante), preferentemente en enero y febrero. Son cepas de unos 6 a 7 años. De un monte de 1 ½ hectárea suele sacar unos 5.000 kilos de madera y como cada vara pesa de entre 4 a 5 kilos se obtiene unas mil varas.
Con estas varas se puede trabajar durante un mes posterior a su corte. Para trabajos posteriores es necesario proceder a “empozarlos” (sesta potzun sailkato) esto es, se mete en un pozo situado siempre cerca del taller del artesano, en donde estarán las piezas hasta que se necesiten. Al principio para que no floten es necesario ponerles peso encima, piedras, luego una vez de toman el agua ya no flotan. A esto le llama el artesano “asentarse” (egonkortu) la madera.
La madera pueden tenerse así en el pozo hasta dos años, pero es conveniente usarlas el año de su corte.
El pozo suele estar cerca de una “erreka” (riachuelo) y una vez al año cuando se va a cargar, meter la madera, se cambia de agua.
Cuando se necesita se sacan las varas del agua y se meten en el horno durante una hora a fuego fuerte para que pierdan el agua, pero no del todo pues es necesario que guarden algo de humedad para trabajarlas. El horno es similar a los del pan (en algunos casos se usaba el mismo para ambos fines) y lo tiene en la habitación de trabajo.
El horno (labea) se calienta con las astillas y virutas provenientes de su trabajo. Mientras unas varas están dentro del horno suele colocar otras de pie verticalmente junto a la boca para que antes de meterlas en el horno vayan perdiendo ya la humedad.
Iñaki hace dos hornadas a la semana, y en cada hornada prepara entre 15 a 20 palos.
La finalidad de “cocer” la madera es obtener una mayor flexibilidad lo cual facilita el trabajo.
A continuación procede a sacar las tiras, esto es, transformar la cepa la vara en tiras planas con ayuda de la cuchilla y el machete para abrirla y sus manos y pies para sacarlas.
También manualmente en el banco y con ayuda del “aziak” (cuchilla o cepillo de cestero) cepilla las cintas hasta que la superficie quede completamente homogénea.
Entretejiendo primero la base que soportará el mayor peso y que por tanto llevará tiras más gruesas y grandes y luego los laterales de la cesta, termina la faena aplicando un refuerzo por todo el contorno.
A veces para ganar tiempo hace series, esto es, un día se ocupa en hacer solamente las bases de las cestas; otro día hace los cuerpos, etc. En estos caos cuando al día siguiente va a continuar con la labor necesita previamente mojar las partes sobre las que va actuar para darles la flexibilidad necesaria para poder trabajar con ellas.
El asidero de la cesta se hace igualmente con varas cortas, y se sujeta en sus extremos con un par de puntas metálicas.
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