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Algunos fracasos de la interactividad en televisión

La llamada y tan ansiada “interactividad” en televisión no es un fenómeno nuevo sino que se remonta a mediados del siglo pasado. La aparente dificultad para conectar el medio con el espectador sigue aún hoy en día despertando suspicacias y aunque tecnológicamente la televisión digital terrestre supone una revolución, no es tan seguro que la relación medio-espectador vaya a ser fluida ni mucho menos gratuita con la nueva tecnología.

Los servicios que esta tv interactiva puede ofrecer hoy en día son por todos conocidos: acceso abierto a Internet, contenidos programados, servicios de tv digital, servicios interactivos, free-to-air, pay-tv, pay-per-view, video-on-demand, servicios avanzados ligados a programas, votaciones, concursos, publicidad interactiva... pero en su comienzo se trataba simplemente de lograr una primera comunicación/relación directa con el telespectador.

No se trata aquí de hacer un resumen exacto de todos los artilugios que han ido apareciendo y desapareciendo en pro de una mayor interactividad, pero sí señalaremos los más curiosos y significativos.

Podemos decir que lo que hoy llamamos interactividad en televisión comienza exactamente en el año 1959, con las primeras llamadas de teléfono en vivo en el programa de la televisión británica “Today”. Será en los 60 cuando llegue el color y cuando en la exposición universal del 64 se presenta el primer video-teléfono.

El programa para niños “Winky Dink and You” (CBS 1953-57) fue el más interesante intento de reciprocidad con el espectador. El sistema era curioso: usando hojas de plástico transparente los niños podían unir los puntos para dibujar un puente paracaídas o muñecos o leer el mensaje secreto del final del programa.

A mediados de los 70 comienzan también los primeros intentos de lo que hoy denominamos teletexto. Así Ceefax en 1973, con la BBC como promotora, usó lo que en principio era un invento para sordos y usando partes libres de la señal, se marcaban páginas con el control remoto. Con este sistema, se impulsó una mejora en los mandos a distancia incluyendo más botones y haciéndolos inalámbricos.

En 1974 se creará el videotext y en el 79 Viewdata ideó un sistema que permitía la transmisión de gráficos y texto por líneas telefónicas para ser vistos en TVs adaptadas.

Otro de los inventos pioneros en el terreno de la interactividad fue Qube, que disponía de un remoto por cable con 18 botones: 3 para grupos de 10 canales, 10 de números, 5 de interactividad (responder a preguntas si/no/no sabe). Votaciones, talk shows (encuestas en directo sobre los entrevistados/políticos), juegos interactivos (cartas), compras, subastas interactivas, programas educativos, clases a distancia... Los usuarios podían votar bloques de música por artista, apostar en deportes, cambiar el guión de teleseries, votar en shows de talento para expulsar concursantes. Incluso ofrecía un servicio de alarma de fuego y robos que podía ser administrado por cable.

En España los primeros intentos de incitar a la participación del espectador vendrán de la mano del Teletexto, que se inaugura en 1986 con un sistema de teclas de colores que a día de hoy, aunque no se puede considerar un fracaso, no ha evolucionado todo lo que se esperaba.

Otro de los intentos por conseguir la tan preciada relación con el usuario serán el Telepick y el Teletrébol que fracasarán estrepitosamente a mediados de los 90.

Telecinco partió con ventaja con la instauración del Teletrébol. Este objeto costaba 4.495 pesetas y consistía en un mando a distancia con cuatro botones de goma numerados del 1 al 4. Los presentadores de la cadena, en sus programas o durante las pausas de publicidad, formulaban a los propietarios de tan avanzado sistema tecnológico una serie de preguntas y ofrecían cuatro opciones. El mando estaba programado para que cuando se sucediese una combinación numérica, que coincidía con las respuestas correctas, el aparato emitiera una melodía que sonaba a los politonos de los teléfonos Moviline.

El espectador entonces debía llamar a un 903 y dejar constancia de que el aparato estaba emitiendo la musiquita en el contestador y dejar sus datos personales. De entre los premiados la cadena sorteaba premios de tercera categoría como cheques de 25.000 pesetas, fines de semana en casas rurales o lotes de productos Starlux. El invento acabó en los tribunales porque un señor que había ganado un Citroën AX nunca recibió su premio. Telecinco, para no entrar en polémica, acabó con la idea del Teletrébol.

Telepick fue el otro sistema de televisión interactiva perteneciente a Televisión Española, comercializado desde 1993 hasta 1994 por la empresa Interactive Televisió. Así, este sistema junto con el Teletrébol de Telecinco, fue uno de los primeros intentos de televisión interactiva en España llevados a la práctica.

TVE decidió apostar más alto y empezó a promocionar “El Telepick”. Este aparato, que costaba más de 20.000 pesetas, era del tamaño de un reproductor de DVD, se conectaba a la tele y a la línea telefónica y permitía a los espectadores concursar desde casa o recibir la sinopsis de las películas o las recetas de Arguiñano a través de una impresora como las de las cajas del supermercado.

TVE consiguió estafar a cerca de 15.000 personas prometiendo que este utensilio tendría un desarrollo de opciones infinitas para disfrutar de la televisión. Sin embargo, como ocurrió con el entrañable Teletrébol, el invento duró tan solo unos meses porque la empresa que lo gestionaba se declaró en quiebra y todos los que habían invertido en esta opción de futuro televisivo se quedaron sin nada.

A partir de aquí y hasta la actualidad no ha habido grandes descubrimientos interactivos. En la actualidad es difícil recordar alguno de estos aparatos, pero es relativamente fácil acceder a determinados contenidos interrelacionando con la pantalla de televisión. Un acceso que no ha hecho nada más que empezar y del que queda todo un mundo por explorar.

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