Enlaces relacionados

Comparte

  • del.icio.us
  • zabaldu
  • aupatu
  • meneame
  • digg

Si le ha parecido interesante el artículo puede ayudar a difundirlo

Zure iritzia / Su opinión

Participa

Premios

  • Artetsu Saria 2005

    Arbaso Elkarteak Eusko Ikaskuntzari 2005eko Artetsu sarietako bat eman dio Euskonewseko Artisautza atalarengatik

  • Buber Saria 2003

    On line komunikabide onenari Buber Saria 2003. Euskonews y Media

  • Argia Saria 1999

    Astekari elektronikoari Merezimenduzko Saria

Olbeas de Agurain

Kepa RUIZ DE EGUINO

Una de las carácteristicas que destacan poderosamente en la arquitectura de Agurain es la presencia de unos impresionantes espacios porticados conocidos como “olbeas”, que en otros lugares las denominan “socarreñas”. Están sostenidas por columnas de madera o piedra y van desde la Calle Zapatari hasta el Portal del Rey formando toda un calle porticada a través de la Plaza de San Juan. Mientras que en la Plaza de Santa María se extienden en la cara norte y en la cara sur.

Estos espacios abiertos debieron servir de punto de reunión para los vecinos y bien pudieron haber sido el lugar de celebración del mercado semanal de la villa, fijado cada martes por el fuero de 1256, protegiendo a los comerciantes y los consumidores de las inclemencias meteorológicas.

Además, estos espacios porticados cumplían también un importante papel político en la villa, pues sirvieron como lugar para la elección de los miembros del Concejo y de reunión del Regimiento.

Las olbeas de San Juan en el año 1920

Las olbeas de San Juan en el año 1920. Archivo de Agurain

“OLBEAS” de San Juan y de Santa María. Cuando abarcan varias casas de una calle se les denomina “olbeas” y cuando abarca solamente una casa se le denominan SOCARREÑAS.

De la toponimia propiamente de la villa, para el forastero quizá lo más llamativo sea el lugar (o lugares) llamados Olbeas. López de Guereñu incluyó la palabra en Voces alavesas, con esta definición:

“Arcos o cubierto en paseo público”, con la indicación de ser voz recogida en Agurain. No es difícil ver el origen, con dos elementos vascos: ohol, ‘viga’, y be, ‘debajo’.

Según Federico Baraibar, se les denomina a los soportales, porches o portegados de Salvatierra y en otros pueblos de la Llanada.

Del euskera “olebea” galápago de albañiles, pieza de madera cuya superficie es convexa, para formar con ella las bovedillas del techo. “Olbea”, sincopada la “e”, vale como construcción de techo con bovedillas, como son las de los portegados en la plaza de Santa María y las de los soportales de San Juan de la Villa de Salvatierra.

“Atarbea” es soportal en euskera y “arbea” es arco o arqueado y “ate” puerta.

Iglesia de San Juan desde las “olbeas”

Iglesia de San Juan desde las “olbeas”. Foto: Ruiz de Eguino

Olbeas de la Plaza de San Juan

Está situada esta plaza al sur del recinto amurallado, junto a la puerta de esa orientación, en eje con la puerta norte a través de la calle central, y delante de la Iglesia de San Juan de la que toma el nombre. Se constituye en el espacio público más representativo de la Villa por figurar en su composición la constante urbanística de las “olbeas” o soportales. Estas ocupan todo el costado oeste de aquella, continuándose esta constante a través del primer tramo de la Calle Zapatari.

Las olbeas aparecen pues como un espacio cubierto pero abierto al exterior marcando una transición entre lo público y lo privado —la calle y la vivienda— con una particular conexión y articulación.

Se desconoce el momento en que se crean las “olbeas” en Agurain, pero sin duda nace en respuesta a una de las actividades desarrolladas en la Villa, el mercado semanal concedido en la Carta Puebla en 1.256.

De sabor popular son las dos calles porticadas u olbeas, fechables a fines del siglo XVI, lugar donde se celebran los mercados, protegidos de las inclemencias del tiempo. Estos soportales están cerca de las dos iglesias principales de Agurain-Salvatierra.

Se componen de esbeltas columnas de madera o piedra que se apoyan en basamentos pétreos. Algunos tienen capiteles jónicos. Las casas que están encima son de carácter muy popular y construidos con materiales pobres tales como el ladrillo y la madera. En ocasiones estas casas populares muestran el entramado de madera.

Como el resto de los edificios existentes en Agurain, los ejemplos más antiguos de estos soportales o socarreñas son del siglo XVI, si bien se levantaron sobre modelos medievales reutilizando en ocasiones los materiales existentes.

Los soportales eran característicos en las Villas medievales a finales de la Edad Media, especialmente en aquellos núcleos urbanos donde se celebraban Ferias y Mercados. Su función era proporcionar un espacio donde los vecinos se podían resguardar de las inclemencias del tiempo.

Estos soportales de Agurain, llamados aquí “olbea”, de “oholbea, “bajo la tabla o tarima”, datan de finales del siglo XVI, pues los anteriores, serían destruidos por el incendio. La olbea es un espacio cubierto pero abierto al exterior que se crea a partir de un voladizo que provoca al sobresalir la primera planta de la baja. Las olbeas están sujetas por postes de madera o columnas de piedra de secciones poligonales y circulares.

Estas construcciones debían tener una altura mínima, de manera que pudiera pasar una persona montada a caballo tal y como encontramos en el Archivo de Agurain:

Hernán Saez de Vicuña solicita le sea autorizada y al mismo tiempo sea visitada por alarife asignado de la villa, el cantero maese Miguel, la sustitución que pretende realizar en los soportales u “olbeas” de su casa de la Plaza de San Juan de los pilares viejos “pies prestados” por otros tres de piedra blanca siguiendo las instrucciones recomendadas por el gobierno de la Villa. Le advierten que el suelo que queda bajo dichos soportales sea del común de la villa sin impedimento alguno para que la gente pueda transitar a pie o a caballo.

Archivo de Agurain —Caja 534— Libro de Acuerdos 1527-1568, (año 1567).

Olbeas de Santa María

Olbeas de Santa María. Foto: Archivo Ruiz de Eguino

La actual plaza de Santa María tiene su origen en el año 1799 con el objetivo de establecer una plazuela con olbeas para el mejor desarrollo y comodidad de los mercados. El espacio que ocupa se encuentra en la parroquia del Medio entre la Calle Mayor y calle Carnicerías, y para ello se compran dos huertas y una casa que existían en dicho lugar. En esta plaza existen dos olbeas, una al norte y otra al sur con diferentes construcciones.

La olbea situada al norte de la plaza está apoyada en el paño de la fachada de la casa. Mientras que la situada al sur se apoya independientemente a la casa. Esto se debe a la concesión de permiso o no, por los dueños de las casas, para utilizar este paño como pared medianil.

Las “olbeas” de San Juan y Santa María

Una de las construcciones de la Edad Media más curiosas en nuestra provincia, en cuanto a viviendas se refiere, son las “olbeas” o soportales de Agurain.

Urbanísticamente, Salvatierra-Agurain pertenece al tipo de doblamiento conglomerado formando un núcleo de considerable importancia, organizada en varias calles largas, con tipología medieval; respondiendo a un plan de ciudad-camino, parecida a Laguardia o Vitoria-Gasteiz. Son poblaciones que respondían a necesidades militares.

Se articula nuestra villas en torno a tres calles, la central más ancha y con cantones perpendiculares que las comunican; todo ello rodeado de murallas con dos iglesias fortalezas en los extremos. Este trazado responde al plan regular de bastidas frecuentes en Aragón, Navarra y sur de Francia. Las “olbeas” de San Juan forman una calle porticada que arranca en el Portal del Rey y, siguiendo por la calle Zapatari, termina en la Plaza del Ayuntamiento, antigua ermita de San Martín. En ella abundan los soportales de madera con postes apoyados sobre basas de piedra y reforzados con jabalcones. También de piedra, grandes columnas con los fustes de sección circular y hexagonal, rematados por capiteles jónicos. Todos los soportes descansan sobre murete de piedra.

Las “olbeas” de Santa María franquean por el N. Y Sur la plaza del mismo nombre, convirtiéndole en plaza porticada. Los soportales son postes de madera, salvo en las esquinas que son de piedra. Se apoyan en bases de piedra y rematándose con zapatas en la parte superior, soportando un tejadillo inclinado a poca altura del suelo.

Plaza de San Juan de Agurain, Portal del Rey y “olbeas”

Plaza de San Juan de Agurain, Portal del Rey y “olbeas”. Foto: Archivo Ruiz de Eguino.

La historiadora aguraidarra Ana de Begoña en su libro “Inventario de Arquitectura Rural Alavesa–Llanada alavesa” escribe lo siguiente:

La plaza de San Juan de Agurain se constituye en uno de los espacios públicos más representativos de la Villa por figurar en su composición la constante urbanística de los soportales u “olbeas”. Estos ocupan todo el costado Oeste de aquella, continuándose esta constante a través del primer tramo de la Calle Zapatari.

El soportal aparece pues como un espacio cubierto pero abierto al exterior marcando una transición entre lo público y lo privado —la calle y la vivienda— con una particular conexión y articulación. Desconocemos el momento en que aparecen las “olbeas” en Agurain, pero sin duda nace en respuesta a una de las actividades desarrolladas en la Villa, el mercado semanal concedido en la Carta Magna de 1256.

La configuración original de estas “olbeas” tuvo que ser más sencilla que en la actualidad. Se tratarían de una cubiertas anexas a las partes anteriores a las casas donde poder colocar la mercancía objeto de transacción, que más tarde daría derecho a construir un espacio abierto al exterior y sobre el que posteriormente se apoyaría la prolongación de las casas.

Las “olbeas” siglos XVI al XVIII

En la fachada principal, la planta baja queda retrasada y las plantas superiores se proyectan en saledizo, quedando debajo un amplio espacio formado por el suelo de la calle y el piso en saledizo, (como techo), y utilizando columnas y pilares como soportes. Este lugar, en Salvatierra, fue utilizado como emplazamiento de mercados, las “olbeas” tienen además, un interés especial, pues es allí donde se celebraba a menudo la elección del Consejo, y donde solía reunirse el Regimiento.

Las Ordenanzas de Agurain de 1537 se aprobaron en el “Portegado de San Martín” que corresponde a la zona de casas porticadas contigua al Ayuntamiento o casa de San Martín y que cierra, por poniente, la Plaza de San Juan. Estas “olbeas” debieron de sufrir mucho con el incendio de 1564 y los que habitaban en ellas las reconstruyeron.

Esta arbitrariedad se aprecia más intensamente en las “olbeas” de San Juan, donde en la misma serie se utilizan portes de madera, columnas cilíndricas, pilares, arcos, dinteles, capiteles de los más variados estilos y zapatas de madera.

La finalidad de las “olbeas” aparte de la ya mencionada en el caso de esta últimas como lugar de mercado y reunión del Concejo, es la de proteger y abrigar la portada de las inclemencias del tiempo en invierno, y procurar un lugar de sombra en el calor de verano. Es decir, obtener en cierto modo un lugar de reunión.

Dibujo de las olbeas de San Juan de J. Arrizabalaga

Dibujo de las olbeas de San Juan de J. Arrizabalaga.

Las olbeas

Las “Olbeas” se caracterizan por crear un espacio entre columnas mediante el retranqueo del piso inferior de las casas, estableciéndose por Ordenanza que su altura sea lo suficiente para que pueda transitar bajo ellas un hombre montado a caballo. Este espacio a cubierto tenía como principal finalidad resguardar a la gente de las inclemencias del tiempo, del viento, de las lluvias y de las nieves del invierno.

Dos fueron los usos a los que se destinaron éstas “olbeas”: La celebración de mercados y las reuniones de distinta índole.

Las olbeas de Santa María

La nueva Plaza de Santa María tiene su origen a finales del siglo XVIII, hacia 1799. Dado que se sabe que la antigua Plaza ocupaba la parte al mediodía y al poniente de la Iglesia del mismo nombre llegando sus límites más al sur hasta el Portal de la Madura. Hoy éste espacio está ocupado por un espléndido espacio y un gran bloque de viviendas. No poseemos documentación que nos ayuden a definir sus características, no difiriendo en gran medida del planteamiento generalizado para estos espacios en sus orígenes, es decir, correspondería a un simple solar en cuyo entorno se establecerían edificaciones, sin duda, dotadas de soportales u “olbeas” parecidas a las de San Juan tal y como aparece documentado en el Archivo de la Villa de 1.567, en el Libro de Actas años 1527-1568.

Palacio de Santa María o de los Santa Cruz

Son varias las noticias documentales que cuentan la existencia en esta Plaza y cerca al portal de La Madura de una casa-palacio. (Según contaba Jesús R. de Larramendi se le conocía como “El Palacio de los Santa Cruz” y que estaba situado en lo que hoy es el Grupo Marcos Sagasti).

En el Archivo de Agurain hemos encontrado un documento que dice que en el año 1.725 al Palacio de los Santa Cruz se le destina como cuartel de tropas, la casa era propiedad de Don José de Zalduendo y en estos momentos estaba tramitando su ingreso en la Orden de Santiago y en 1.879 nos confirma el buen estado de habitabilidad que poseía al ser solicitada para habitación para el profesor de Gramática:

“...pasar a vivir a la casa Palacio pegante a la Yglesia de Santa María...”

Piedra de la construcción de la casa de los Santa Cruz

Piedra de la construcción de la casa de los Santa Cruz. Foto: Ruiz de Eguino.

En 1.828 el vecino de de la Villa, Juan Cruz Sagasti demanda le sean pagados 200 reales por los alimentos dados a los canteros y operarios que trabajaron en la fortificación del Palacio de Santa María.

Hoy en día apenas quedan vestigios de ésta casa-palacio de Santa María.

Dibujo de las “Olbeas” de Santa María de Agurain

Dibujo de las “Olbeas” de Santa María de Agurain. Archivo Ruiz de Eguino

Olbeas de Santa María

El Ayuntamiento de la Villa, en 1.799 trata de construir una nueva plaza con sus olbeas para que se desarrollaran con mayor comodidad los mercados, ubicándola en la manzana central de la Parroquia de Medio, y ocupando el espacio de tres solares, dos de ellos eran huertas y el tercero era una casa.

Si nos fijamos en los apoyos que soportan los correspondientes tejados de ambas olbeas, la del norte y la del mediodía vemos que muestran soluciones diferentes.

Mientras la estructura portante del cubierto del Norte se levanta independientemente a la casa a la que se arrima, en la “olbea” sur, los elementos apoyan directamente en la pared de la casa.

Esta doble solución no es aleatoria y caprichosa sino que tiene su explicación, en la cesión o no de las paredes medianiles por los dueños de las casas que lindan a la Plaza. Esto queda confirmado documentalmente al comprar la Villa la mitad del medianil, tal y como consta en el Archivo.

Bibliografía

Archivo Municipal de Agurain-Salvatierra.

Voces Alavesas de Gerardo López de Guereñu.

Palabras alavesas. Federico Baraibar.

Inventario de Arquitectura rural alavesa. Victorino Palacios Mendoza.

Arquitectura doméstica en la llanada de Alava (siglos XVI-XVIII). Ana de Begoña Azcarraga.

Cosas de Salvatierra y Apuntes históricos de Salvatierra de Fortunato Grandes.

Toponimia Histórica e Inventario Arquitectónico de Agurain-Salvatierra. 750 aniversario del Fuero de la Villa. Kepa Ruiz de Eguino

La opinión de los lectores:

comments powered by Disqus
Eusko IkaskuntzaAsmozEusko Media