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ARTESANO
Cesáreo Soule nace en 1948 en Arizkun (Navarra). Su padre fue Bautista Soule, nació también en Arizkun. Fue cantero de oficio. Se dedicaba a preparar piedras para casas, esquineras, dinteles, etc. Con 70 años empieza a realizar tallas artísticas. Trabajó en el oficio hasta los 84 años. Tuvo 6 hijos y solamente uno, Cesáreo, continuó en el oficio. Murió con 89 años.
El abuelo fue Juan Soule, nació en Irisarri (Nafarroa Beherea), quien pasó a vivir a Arizkun, donde se casó, también cantero de oficio. Tuvo 6 hijos y solamente uno, Bautista continuó en el oficio.
Nuestro artesano Cesáreo siempre mostró vocación por la cantería, pero por la creación artística, que alternaba con sus estudios. Trabajó como albañil hasta que con 29 años decide dejarlo todo y dedicarse profesionalmente a la cantería artística o escultura en piedra.
Cesáreo se casa con Elvira García y tienen dos críos: Álvaro (nacido en 1992) y Víctor (nacido en 1995), los que, por cierto, tienen como uno de sus juegos imitar a su padre tallando piedra.
Asiste a la segunda Feria de Artesanía de Errenteria (Gipuzkoa), con gran éxito, lo cual fue un decisivo estímulo para continuar en la talla artística en piedra. Le empiezan a salir pedidos de escudos y hasta la fecha así continúa.
Tiene en el bajo de su casa un pequeño museo de elementos etnográficos con muy diversos materiales: fósiles, monedas, armas, aperos y mil objetos más, junto con sus obras más representativas. Son muchos los colegios y particulares que pasan a visitarlo.
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Se queja Cesáreo de las pocas ayudas que las instituciones dan a los artesanos, sin olvidar que tienen que pagar IVA y demás impuestos como si fuera cualquier otra industria. Dice - y no sin razón - que es una pena que no se tenga mayor sensibilidad hacia la artesanía. De esta forma no solamente cada día hay menos artesanos, sino que los jóvenes no ven futuro en la artesanía, por lo que los oficios se están perdiendo. Véase por ejemplo los cesteros, boteros, fabricantes de velas, etc. etc.
EL TRABAJO
Tiene la costumbre de guardar la primera pieza o prototipo de cada modelo que sale de sus manos.
En su mente hay un sinnúmero de proyectos, pero el poco tiempo libre que dispone no le permite desarrollarlos. Hoy trabaja por encargo.
Sus líneas principales de productos son:
- Escudos nobiliarios para colocar en las fachadas de villas y casas.
- Estelas discoidales y tallas de lápidas para cementerios.
- Letreros de casas, lápidas conmemorativas (para colocar en el lugar de un óbito, en una plaza, etc.)
- Piezas pequeñas por encargo: pisapapeles, ceniceros, sujeta-libros, y demás.
La gente que va a encargarle una pieza no suele tener claro lo que quiere, pero entre su idea y las aportaciones de Cesáreo se llega a un acuerdo de lo que se va a realizar y se establece el precio. Siempre, claro está, el artesano tiene su propio margen de libertad.
Así por ejemplo hace unas fechas realizó una estela discoidal para un cementerio con el dibujo en su base de un camión, en memoria del oficio del difunto.
El trabajo se realiza en la piedra que quiere el cliente, aunque en este tema suele dejarse aconsejar por el escultor. Cesáreo gusta usar para los escudos la conocida como Piedra Tafalla o Piedra Pitillas, que es una arenisca fina que se produce en dichas zonas, y también la Piedra Baztán, piedra arenisca de color rojizo y que resulta muy decorativa.
Hasta hace 15 años trabajaba con la herramienta tradicional que las fabricaba el herrero de Errazu. Dependiendo del temple que daba, unas veces salía la herramienta buena y otras mala, hasta que en una feria de Pamplona se le presentó un señor para ofrecerle herramientas con puntas de widia y le dejó unas cuantas para que probara. Cuando volvió al día siguiente Cesáreo le compró las que le había dejado de muestra y a partir de ese momento trabaja ya con buena herramienta. Según nuestro escultor la diferencia entre éstas y las anteriores es como de la noche al día.
Tiene máquina neumática para trabajar en piedra, pero no la usa porque no le gusta. Disfruta y prefiere trabajar a mano.
