Florentino Ibarra
FLORENTINO IBARRA
Guantero
2003 / 01 / 10-17
Autor: Antxon Aguirre Sorondo
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ARTESANO

Nace Florentino en 1925. Fueron 4 hermanos, pero ninguno siguió este oficio. Con 15 años y en accidente recibe Florentino un disparo de escopeta que a punto estuvo de acabar con él, dejándole una fuerte incapacidad en los brazos, que tardó 3 años en curar. Durante esta convalecencia solía pasar el rato en el taller de zapatería de Ignacio Bertiz (murió en 1952 con 92 años) que era primo de su padre. Tenía este Ignacio dos hijas, pero no tenía chicos, y al tener necesidad de un ayudante para su trabajo invita a Florentino a trabajar con él de zapatero y fabricando guantes para el juego de la pelota. Era el único que los fabricaba por aquellas fechas. Tenía el taller en Santesteban-Donestebe (Navarra). Allí entró a trabajar Florentino. Tenía entonces 18 años. Como vivía cerca comía y dormía en su casa. Durante tres años estuvo trabajando allí (sin sueldo) hasta que va a cumplir el servicio militar.

Al terminar y dado que su patrón había tomado ya otro ayudante se establece como zapatero en Labayen. Nos comenta Florentino que en esas fechas todos los pueblos tenían un zapatero que no solamente arreglaba los zapatos y botes, sino que los hacia también. También fabricaba Florentino guantes de cuero para el juego de la pelota. Alternaba este trabajo con el trabajo en un pequeño terreno que tenían y el cuidado de algunas cabezas de ganado de su propiedad.

Florentino Ibarra trabajando en la Feria de
Florentino Ibarra trabajando en la Feria de
Artesanía de Hernani (Gipuzkoa).

A los 27 años se casa con Martina Zozaya (no tuvieron hijos). En 1992 al quedar viudo Florentino vende terrenos y ganados y se dedica exclusivamente a su trabajo artesanal, fabricando zapatos, guantes (fabrica una docena al año aproximadamente), kopetak, y otros artículos similares.

Vende sus artículos en ferias acudiendo a unas 24 al año. Comenta que vende más en las ferias de Gipuzkoa y Bizkaia que en las de Navarra.

Florentino comenta que de un día a otro piensa jubilarse definitivamente, pero lo triste es que no hay nadie con continúe con esta artesanía. Recomiendo pues a los que quieren tener un auténtico guante de cuero para "laxoa" que se den prisa en encargarlo.

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