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EL PROCESO
El artesano trabajando. |
Usa generalmente varas o palos de avellano, castaño, ciruelo, cerezo, olivo (que le han mandado de Andalucía), o eucalipto. La madera que más le gusta, por su calidad, es la del avellano.
Los palos tienen que ser cortados en el menguante de invierno (los mejores en diciembre y enero), salvo el avellano, que se corta en el creciente de invierno.
Si alguna de estas varas está algo torcida, la ata en el balcón de su casa durante unas horas para corregir su deformación.
Antes de trabajarlas es necesario que estén secas, por lo que las tiene durante al menos un año, a la sombra, sin que le de el sol, ni la lluvia, ni el aire.
Cuando va a trabajarlas, lo primero que hace es quitarles la corteza. Luego vendrá la talla.
En algunas hace dibujos en el fuste, por medio del soplete. Los ojos y demás elementos de las cabezas los trabaja mediante el sistema del pirograbado.
Trabajando. |
En todos los casos termina con un barnizado (generalmente 3 capas), incluso en algunos bastones previamente les da una mano de color a base de nogalina o similar. Procura respetar el color natural de la madera, por lo que a los de avellano y ciruelo, por ejemplo, solamente da unas manos de barniz transparente. A veces, antes de barniz, les da un tapa-poros, sobre todo en los que van pintados de negro, como son los clásicos de ciudad.
En los de monte suele poner en su parte superior un entrelazado de cuero, que él mismo hace.
Herramientas
Son muy pocas las herramientas que usa nuestro artesano: navaja (tiene varias), serrote, escofinas, cristal (para bruñir), lijas finas, pirograbador, taladro para hacer el agujero por donde pasará la correa, soldador (de butano), brochas, tijeras y agujas.
Material
La madera, el cuero, las colas y las tintas.