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Homenaje a Jose Antonio Arana Martija

El 27 de junio del 2008, Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, realizó la Jornada Homenaje a José Antonio Arana Martija, en la actual sede de la Sociedad Coral de Bilbao. Acudió a esta celebración un buen número de personas, entre los que figuraban familiares del homenajeado, miembros de Euskaltzaindia, con su presidente Andrés Urrutia, socios de Eusko Ikaskuntza, y músicos o amantes de la música.

Se inició el acto con la presentación a cargo de Cecilio Gerrikabeitia, presidente de la Sdad. Coral, tras quien hablaron Ion Kortazar, vicepresidente por Bizkaia de Eusko Ikaskuntza, e Itziar Larrinaga, presidenta de la Sección de Música de esta misma sociedad. Tras esta breve introducción, dio comienzo Juan Antonio Zubikarai a la primera de las tres charlas programadas.

Jose Antonio Arana Martija

El título impreso de esa primera locución refería “Unas breves notas sobre la gran labor musical de Arana Martija”, pero Zubikarai expresó que junto con lo titulado expondría también algunos apuntes biográficos del homenajeado, así como señalaría la importancia de su labor en Euskaltzaindia, sobre todo en su efectivo trabajo en la restauración de la Biblioteca Azkue. Por ello, comenzó con la lectura del comentario que le había enviado el ya citado Andrés Urrutia, quien expresaba entre otras cosas: “Dentro de los muchos trabajos que encabezó en la Biblioteca Azkue (entre los que hay que resaltar la clasificación y la edición de los documentos de Luis Luciano Bonaparte), algunos han estado relacionados con el tema musical: ha tanteado y clasificado el patrimonio musical de Resurrección María de Azkue así como ha recuperado la biblioteca y archivo de José María Olaizola”.

Tras mostrar algunos episodios de la fértil vida del homenajeado, con sus dos carreras de Derecho y de Ciencias Económicas así como con anterioridad había estudiado Armonía con Julio Valdés en el seminario de Vitoria-Gasteiz, ciudad en que se relacionó también con el músico José María Zapirain (quien falleció éste en el 2007, pero su artículo aparece en la revista Musiker dedicada a Arana Martija), destacó asimismo otras actividades musicales suyas, entre las que figura ya en 1954 su fundación del Coro Santa Cecilia en Gernika. En esa época fue también cantor de la Sdad. Coral. Poco después, en 1960, en que se le nombra director de Brisas Guerniquesas, comienza a introducir artículos en euskera en esa revista. Forma el ochote Bogamazua, que en Barcelona grabará cuatro discos de música vasca. Su Coro Santa Cecilia estrena el Stabat Mater, del P. José Domingo de Santa Teresa, de quien él escribirá en la revista claretiana Tesoro Sacro Musical la noticia. Se pone en contacto con los músicos claretianos Tomás Manzarraga y Ruperto Iruarrizaga.

Y en esa misma década comienza ya su relación con la personalidad de Resurrección M. de Azkue, de quien publica en euskera ya en 1964 un artículo en Yakin. Dos años más tarde funda en Gernika la ikastola Seber Altube, al tiempo que intenta crear en esta localidad un Conservatorio de Grado Medio. Logra, al menos, que los profesores del de Bilbao acudan a Gernika a examinar y en 1970 fundaría la Academia Municipal de Música, en la que se matriculan muchos chavales. En ese mismo año marcha a Madrid a relacionarse con Carmelo Bernaola, Luis de Pablo y González Acilu, así como visitaría en esta ciudad a Pablo Sorozabal. En 1974 crea la Academia de Gregoriano Juan Ojanguren.

Los actos de este decenio son tan numerosos como valiosos. Entre otros, en 1976, en que funda el ESB, se publica en Donostia su libro Música Vasca. En 1978, siendo concejal en Gernika y tras organizar el cursillo Sakonki, funda la Coral Andra Mari. Y empieza a marchar diariamente a Bilbao, pues comienza su labor en la Bibliteca Azkue. Al año siguiente es nombrado académico correspondiente de Euskaltzaindia y es elegido asimismo miembro de las Juntas Generales de Bizkaia.

La enorme actividad de sus cargos no le impide, curiosamente, seguir trabajando en su impresionante inmersión en los fondos más perdidos de la música vasca. Así, editará una serie de libros y cientos de artículos, tal y como aparece en el citado número de la revista Musiker. En 1980 es nombrado responsable de la Biblioteca Azkue y marcha en 1985 a los EE.UU. a conocer bibliotecas importantes, así como visita otras en París (ciudad donde compondrá también el stand del Euskera en Expolangues), en Londres, en Madrid...

En 1987 se le nombra director de la sección de Música de Eusko Ikaskuntza. Aunque en 1996  se jubila como bibliotecario, prosigue en otros cargos de Euskaltzaindia, organizando por ejemplo un congreso en el 2001 sobre Julio Urkijo y R. M. de Azkue, y participando en actos y labores, así como efectuará otros trabajos en Euskal Idazleen Elkartea, en la RSBAP, en el Instituto Americano de Estudios Vascos, en Eusko Ikaskuntza, entre otras actividades.

Al final de su intervención, Zubikarai citó algunas referencias de Carmen Rodríguez Suso, A. González Acilu, etc. Así, entre otras notas escritas por Rodríguez Suso, señaló: “Su trabajo continúa sirviéndonos de referente por su congruencia interna y su clara adecuación a las posiciones historiográficas y a las circunstancias en que ha sido realizado”. Asimismo, por su parte, el propio charlista dedicó a Arana Martija, sobre todo a su obra Música Vasca, lo que él mismo había escrito en 1975 al citar el Tratado teórico práctico de Canto Gregoriano según la verdadera tradición, del durangués Eustaquio Uriarte, definiendo que “acomete una obra de insospechada calidad e importancia en aquel momento” y “única en su clase y sin precedentes en la didáctica musical”.

A continuación, el director de Eresbil, Jon Bagüés, se centró sobre todo en la fructuosa intervención de Arana Martija en los fondos del archivo musical. Informó que, ya desde los primeros años de la andadura de Eresbil enviaba cartas al entonces director José Luis Ansorena con abundante información sobre música y músicos vascos. Se conservan unas sesenta cartas. “Igualmente se conserva en el fondo de Norberto Almandoz correspondencia de José Antonio de los años sesenta, interesándose siempre por aspectos de la música”.

El fondo musical de Arana Martija ingresó en Eresbil en diciembre del 2005, si bien otros trabajos de urgencia hicieron que se retrasara hasta el pasado año el comienzo de la descripción de ese fondo de considerables dimensiones. “Bien podría decirse, señaló Bagüés, que el fondo musical de Jose Antonio Arana Martija donado a Eresbil refleja fielmente la enorme labor desarrollada desde hace más de cuatro décadas por quien a día de hoy sigue siendo el único autor”. Explicó, además, que ocurre frecuentemente que los fondos que ingresan en Eresbil no acostumbran a tener un orden específico, “pero no es el caso del de José Antonio”.

Así, con Arana Martija como investigador figuran los dossiers personales (solamente los pequeños suman más de 3.700 fichas documentales).

Como bibliógrafo: libros, cancioneros, revistas (Dantzariak, Revisa Musical, Tesoro Sacro-Musical, Anaitasuna, Txistulari , Melodías).

Como músico, “el fondo contiene numerosas partituras aún pendientes de inventariar, co especial presencia de música de compositores vascos”.

Además de bibliotecario, como documentalista: Fotografías, El valor de lo efímero, programas de la Orquesta Sinfónica de Bilbao, de ABAO, de la Quincena Musical y Asociación de cultura Musical de Vitoria.

Indicó Jon Bagüés que el fondo está todavía en proceso de inventariado, pero lo realizado hasta el momento arroja ya la cifra de 4.260 fichas y calculan todavía que no serán menos de tres mil las que quedan por inventariar. Por tanto, “estamos ante un fondo de más de 7.000 unidades de descripción, y no documentos, puesto que más de una de las mencionadas unidades de descripción o fichas contiene a su vez varios documentos. Hemos de indicar finalmente que el proceso de inventariado del fondo José Antonio Arana Martija estamos aprovechando para completar el catálogo de autoridades de Eresbil, en especial de autores vascos. Un catálogo que sin la paciente y tenaz labor de José Antonio sería hoy por hoy poco menos que impensable”.

Luego, Itziar Larrinaga, directora de Musiker, habló sobre n. 15 de esta revista, dedicada a Arana Martija, informando que la elaboración de este número se aprobó en el 2005, siendo director Gotzon Ibarretxe. En julio de ese año asumió ella la presidencia de la Sección y de la dirección de la revista, contando con la ayuda de Jon Bagüés, que se encargó de compilar los artículos y coordinar la edición.

Explicó los diversos ámbitos de este número. “Unos han realizado contribuciones específicas en torno a la figura del homenajeado, refiriéndose a los textos de Antton Zubikarai, A. González Acilu, José María Zapirain, Josemari Vélez de Mendizábal, Patxi Oroz, más el catálogo de escritos y de obras musicales ydiscografía de J.A. Arana Martija, preparado por miembros de la Biblioteca Azkue de Euskaltzaindia.

Indicó también que este volumen contiene dos artículos sobre la figura de Resurrección M. de Azkue, a cuyo estudio, recopilación de fuentes y difusión ha dedicado un notable esfuerzo el dedicatario de este número: “Resurrecciíon Maria Azkueren Musica Artxiboa”, escrito por miembros de la Biblioteca Azkue, y “Fuentes privadas para el estudio de la música: el epistolario de R. M. de Azkue”, de Carmen Rodriguez Suso.

Y  refirió también cómo en este volumen-homenaje han participado otras personas con diversos escritos sobre música vasca: Klaus Niebel, José Luis Ansorena, Joanito Dorronsoro, Imanol Olaizola, Karlos Sánchez Ekiza, Isabel Díaz Morlán y Esteban Elizondo. “Asimismo, Jon Bagües, Beatriz Balerdi, Peio Leiñena y Jaione Landaberea, de Eresbil-Archivo Vasco de la Música, han querido subrayar la inestimable aportación de Arana Martija a la documentación musical en Euskal Herria con los varios.

Tras estas locuciones, Berziztu Txistuzale Elkartea dedicó un concierto, que se inició con tres obras vascas que Arana Martija había compuesto para tres voces corales, lo que aquí se transponía a voces de txistu: Agur Jaunak, Kandelario e Iturango Arotza. Tras ello, interpretaron Durango 5/3, de Karlos Sanchez Ekiza,  finalizando con el Minuetto de Raimundo Sarriegi.

Finalmente, antes del cocktail, el propio José Antonio Arana Martija hizo una tan breve como entrañable locución.

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