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La ría del Urola se encuentra en la costa occidental de Gipuzkoa y llega hasta la zona del Urola situada entre Zumaia y Oikina, donde la ría describe amplios meandros y se pliega. A su derecha se sitúan las laderas empinadas de San Miguel de Artadi, mientras que a su izquierda hay una zona de prados, sotos y marismas urbanizada en parte. La carretera entre Getaria y Zumaia (Donostia-Bilbao) cruza la ría en este municipio. En una de sus partes, en su desembocadura, se encuentran las dunas, situadas frente a la playa de Santiago y la marisma, y limitadas por la misma playa (arena sin vegetación) la casa-museo de Zuloaga y una planta industrial (astillero).
Al sur de la carretera la ría forma un suave meandro, y a su derecha existen un terreno abrupto que se extiende hasta el barrio de Artadi. En su extremo izquierdo, se sitúa un área sin urbanizar y una zona escarpada al final de la orilla.
Aunque el área tiene una superficie muy reducida, en el aspecto paisajístico es diversa y de buena calidad. Toda esta parte de la ría está bajo la influencia de la dinámica de las mareas y nos muestra algunos ejemplos del paisaje de los estuarios, aunque sean escasos. Por otra parte, la presión que ejerce el municipio es evidente. Al norte de la carretera se abre una amplia zona llana, gran parte de la cual queda anegada cuando sube la marea. Pero cuando la marea está baja, queda a la vista una amplia zona limosa en parte cubierta por vegetación superficial. En la zona nordeste la acumulación de arena (dunas fijas) sustituye a los limos. La capa de toda esta área está formada por acumulaciones marinas y fluviales del Cuaternario.
Al sur de la carretera el paisaje cambia totalmente. A la derecha de la ría, es decir, en la parte más cóncava del meandro, se descubre una ladera empinada de 100 m de altitud donde hay vegetación propia (encinar). En cambio, en la orilla izquierda, menos en su parte final, se extiende una vega donde se sitúa un polígono industrial. En el último tercio de la ría existen dos islas cubiertas por vegetación propia de este entorno y formado por sedimentos limosos, lo que enriquece aún más si cabe tanto el paisaje como la diversidad del hábitat en lo que respecta a la flora y la avifauna.
Las laderas situadas en las orillas de la ría están formadas por material del altocretácico: calizas y margas de Maastrich, calizas coniáceas y margas arenosas. El terreno de la vega tiene su origen en aluviones del Cuaternario.
En la citada área apenas existe un aprovechamiento definido, exceptuando la parte de la vega destinada al cultivo de prados. Aún así, la mayor parte de toda esta zona es utilizada como área de esparcimiento de densidad baja o media: en las dunas existe la posibilidad de pasear o tomar el sol (dunas que limitan con la playa, que recibe muchos visitantes); en las horas de bajamar se pueden coger crustáceos y demás invertebrados (cebo para pesca deportiva); paseos en barco, pesca fluvial, etc. Desde el punto de vista de las Ciencias Naturales, su utilización didáctica comienza a ser importante. También tenemos que decir que todo el entorno está condicionado por otros tipos de aprovechamientos, algunos de los cuales no son compatibles con la conservación de la naturaleza y que siguen extendiéndose, con lo que pueden llegar a afectar a este entorno: plantas industriales, actividades y servicios turísticos intensivos, anteproyectos de obras públicas importantes, etc.
La diversidad del paisaje y del hábitat que hemos citado anteriormente determina una gran biodiversidad, ya que incluyen muchas de las comunidades que más han variado o disminuido en la Comunidad Autónoma del País Vasco: comunidades psamófitas y de las marismas. Muchas de éstas están recogidas dentro de la Directiva 92/43 de la Unión Europea sobre hábitat de interés especial de conservación prioritaria. La vegetación que aparece en los arenales de la costa es uno de los pocos rastros que hay en nuestro litoral, aunque la presión ejercida por las actividades de ocio veraniegas sea muy alta. Se pueden encontrar muchas especies características de este entorno: Euphorbia paralias, Eryngium maritimun, Lobularia marítima, Calystegia soldanella, Carex arenaria, Polygonum maritimum, Elymus farctus, Vulpia membranácea, Dianthus hyssopifolius subsp. Gallicus, Linaria supina subsp. Marítima, etc.
Hoy en día sólo podemos encontrar éstas y otras especies en pequeñas áreas de reducida superficie. Su destrucción o transformación ha ocasionado su desaparición, debido a que están íntimamente ligadas a este entorno tan especial
La vegetación de las marismas y los humedales se encuentra en dos zonas diferentes. Por una parte, la zona limosa que está al lado de los arenales, y por otra parte, las islas y las orillas de la parte sur de la ría.
En la primera zona se abre el “campo” de la especie Spartina alterniflora, en la parte donde más influyen las mareas. A su lado se pueden encontrar otras comunidades, en especial la Halimione portulacoides. Otras especies que existen allí son la Inula crithmoides, la Spergularia maritima, el Aster tripolium y los importantísimos Limonium humilde y Sarcocornia perennis (pequeñas poblaciones en mal estado).
En las islas y las orillas del sur de la ría se encuentran rastros de comunidades de las marismas. Además de las anteriormente mencionadas, también se encuentran los Juncus maritimus y los juncos Scirpus maritimus y las poblaciones de Salicornia ramosissima. También se pueden encontrar los últimos rastros de carrizales en relación con comunidades totalmente halófilas de las rías.
Además, son también subrayables las comunidades seriales de encinar cantábrico, sobre todo de matorral termoatlántico (la Phyllirea latifolia, el aladierdo, etc.), ya que cubre la zona derecha de la orilla desde su parte más alta hasta abajo.
En la pequeña parte empinada de la izquierda se mantiene la capa forestal formada por encinas, robles, robles pubescentes, laureles, madroños y demás especies.
El terreno de la vega sin urbanizar está compuesto por prados atlánticos
En lo que se refiere a la fauna, en el camino entre las zonas norteñas y los cuarteles de invierno, muchas aves migrantes se acercan cada año hasta el Urola para descansar y alimentarse. Así durante la primavera y, sobre todo, el otoño, estas aves se dan cuenta del gran número de invertebrados y peces que se pueden encontrar en el estuario y se instalan en el Urola. Así, tenemos correlimos, chorlitejos, aguzanieves, zarapitos, agujas, archibebes, gaviotas, garzas, garcillas, avetorillos y algunas espátulas o cigüeñas negras y águilas pescadoras, entre otras.
En la ría existen diferentes especies de aves. Algunas son sedentarias, otras invernantes pero la mayoría son de las que se quedan en esta área en época de migración para descansar y alimentarse.
Muchas aves limosas recorren las orillas, islas y llanos llenas de limos: el correlimos (Calidris alpina, Calidris ferruginea, Calidris cannutus, Calidris alba), el chorlitejo (Charadrius dubius, Charadrius hiaticula), el zarapito trinador (Numenius phaeopus...) el archibebe (Tringa totanus), el chorlito gris (Pluvialis squatarola), la aguja colinegra (Limosa limosa) la aboceta (Recurvirostra avosetta), la cigüeñuela (Himantopus himantopus) y el andarríos, entre otras aves marinas.
La zona sur, debido a sus características topográficas, es lugar de refugio para otro tipo de aves, entre las que se encuentran la garza real, (Ardea cinerea, A. purpurea), la garcilla (Egretta garcetta), el martinete (Nycticorax nycticorax), y algunos anátidos, espátula, martín pescador, etc. También se puede apreciar alguna que otra águila pescadora (Pandion halaetus).