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INTRODUCCIÓN
La riqueza maderera a pie de costa, unida al gran contingente de carpinteros de ribera de que disponía, explica porqué Gipuzkoa se erigió desde la Edad Media en importante centro productor de naos.
Sobre el papel que jugaron los barcos de este territorio histórico en guerras y expediciones hay multitud de ejemplos. Entre los más tempranos figura la intervención de naves guipuzcoanas en el bloqueo y toma de Bayona en los años 1130 —bajo las órdenes del rey Alfonso I el Batallador de Aragón y Navarra— y 1212 —por iniciativa de Alfonso VIII-.
Sus carpinteros de ribera fabricaban buques de guerra —que acaso ocuparan el grueso de la producción durante siglos—, pero también pesqueros, navíos mercantes y de transporte.
La época de mayor esplendor de los también llamados maestros de aja coincidió con la expansión del Imperio y la consecuente apertura de nuevas vías de comunicación hacia América y Asia (siglos XV al XVII). A la pérdida de la supremacía marítima española le siguió un período de decadencia, superado con el impulso que supuso para la construcción naval vasca la creación de la Real Compañía de Caracas en el siglo XVIII.
El XIX vería la aparición de los barcos de hierro, pero el carpintero de ribera tradicional aún perviviría largo tiempo. Exactamente hasta hoy, con el último artesano carpintero de ribera, que hoy presentamos: XABIER AGOTE.