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LOS PRODUCTOS
En la tienda se vendían productos de alimentación (no frescos que eran propios de las “caseras”) como alubias, garbanzos, arroz, azúcar, sal, aceite, vinagre, bacalao, vinos embotellados, jabón Lagarto, etc.
Ellos fabricaban el chocolate, velas y pasteles, nunca pan ya que para ello estaban las panaderías.
Los productos los vendían a granel, en bolsas o papel de estraza. El bacalao lo compraban en Bilbao, de la marca Forao, que era de Escocia. Los caseros compraban los elementos para el consumo diario, no había costumbre, como ahora, de comprar en cantidad.
Cuando llovía tiraban aserrín en el suelo.
En el exterior de la tienda había unas argollas donde las caseras ataban los burros y caballos.
La gente dejaba a deber, y se apuntaba las deudas en una libreta, la cual por eso se le llama “el apunte”. Luego cuando cobraban pagaban. Con la aparición del primer super-mercado, en que siempre había que pagar, desapareció esta costumbre.
Nuestro informante José Mari estuvo a punto de abrir un super-mercado pero a última hora dio marcha atrás “de lo cual no me arrepiento” me comenta.
El café
Era uno de los productos estrella. Vendían buen café “no de Guinea”, que tostaban todos los días. Los de “la calle” o “kaletarras” compraban generalmente una onza (unos 30 gramos), que era para consumo diario, mientras que los “caseros” llevaban un cuarterón (cuarto de libra, unos 125 gramos) que era para varios días.
Membrillos
Hacían cantidad de dulce de membrillo.
Los pasteles
En tiempos de su padre (antes de la guerra) los pasteles solamente se hacían los sábados que había mercado en Tolosa. A la tienda acudían muchas caseras a tomar como “amaiketako” un pastel y un vasito de vino dulce. También se hacían pasteles los domingos. Los días de labor no solía haber pasteles, salvo por encargo.
La gama de pasteles que se fabricaba era muy pequeña. Se hacían pasteles “lecler” y “petissus” (curiosamente ambos nombres franceses), que se fabricaban con la misma masa, solamente que el primero era alargado y el segundo redondo. Se rellenaban con crema pastelera, o crema de café y por encima se decoraban con una capita de chocolate.
También se hacían hojaldres, sobre todo los canutillos; los “jesuitas”; los “Sanramones” que eran unas brochetas rellenas de almendra, azúcar, mantequilla y huevo; y pasteles de bizcocho.
Los mazapanes, generalmente apiñonados eran una de las especialidades de la casa.
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